En México, tenemos una idea muy peculiar de la muerte, y no me estoy refiriendo a cosas como la santa muerte y cultos de esos que a mi parecer y, con todo el respeto que me merecen los creyentes, me parece una reverenda tontería.
Hablo de las tradiciones que se remontan a mucho antes, desde la época de nuestros ancestros mexicanos, cuando se decía que las almas de nuestros difuntos existen en el lugar de los muertos, mejor conocido como Mictlán, y que regresan en una fecha fijada para "convivir" con sus familiares que se quedaron en el plano terrenal.
Es en esa visita donde se hace patente la, en ocasiones, exagerada hospitalidad mexicana, donde los vivos agasajan a sus visitantes muertos con un banquete que incluye aquellos platillos y bebidas que les gustaban más en vida. Esto en un marco de alegría y festividad de en otras partes del mundo se ve con extrañeza y hasta temor, pues mientras que en otros lugares a la muerte se le rehuye o se le recibe con aflicción y tristeza, en México a la Muerte -también llamada La Catrina, La Pelona, La Parca, etc.- se le recibe con una fiesta, se le agasaja, se le componen versos, se le invita a sentarse a la mesa y compartir los alimentos, a veces hasta se burla de ella a sabiendas de que vendrá por ti sin importar lo que hayas hecho o dejado de hacer, que tanto le reces o que tanto la halagues, lo mejor es recibirla con una sonrisa.
La mesa del banquete es siempre una muestra de creatividad y diseño, montada en lo que llamamos ofrenda tiene tantos estilos y formas como hogares hay en este país, las hay monumentales, austeras, que incluyen bebidas, cigarros, golosinas, y siempre ha de estar presente la flor de cempasúchil o flor de muerto, la veladora, las calaveritas de azucar, chocolate o amaranto y el pan de muerto en azucar o ajonjolí.
Otra muestra del carácter festivo de esta celebración son las llamadas "calaveras" esto es, un poema corto, en forma de verso que alude a una persona -los políticos son personajes frecuentes- esto hace una mordaz narración de la forma en la que la muerte vendrá por esta persona.
Estaba la madriguera llena de flores hasta su altar y sin saber lo que le espera The wolfclaw, con su teclear. cuando entró, sigilosamente la catrina muy arreglada y le dijo burlonamente ya te cargó la chin... fregada sin voltear el aludido le dijo: ahorita te atiendo deja acabo de escribir este verso que estoy componiendo la pelona desesperada lo cargó sin preguntar y el verso que no quedaba al panteón lo fué a terminar. |
Hay mucho que comentar respecto a esta celebración, pero no alcanzaría el espacio, por ahora así la dejaré esperando te interese el tema y busques más literatura para comprender mejor la manera en que mi gente ve a la muerte.
¿Quieres saber más? Ofrendas revolucionarias
Ĝis revido!
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