En más de una ocasión me he topado con gente cerrada, que no acepta otro punto de vista que no sea el propio, gente con la que es imposible dialogar civilizadamente y que terminan descalificando cualquier razón que puedas darle... Lo chistoso de esto es que muchas de esas personas son activistas que pugnan por la tolerancia, la naturaleza o alguna otra loable causa.
Vagando por allí di con el genial blog full-contact (así lo define él mismo) de Mauricio-José Schwarz: El retorno de los charlatanes.
El primer post que tuve el agrado de leer fué el titulado: No diálogos en el infierno, en el que el autor nos muestra paso a paso las... hum... nobles palabras de aquellos que se dicen defensores de la ecología, los animales y el medio ambiente, y que curiosamente a veces demuestran tener tanto o más fanatismo que aquellos a quienes atacan, así como los "sintomas" que frecuentemente presentan quienes creen en las pseudociencias, una total cerrazón a la critica, argumentos poco documentados y falaces así como una creencia ciega en principios que se vuelven dogmas.
He tenido la experiencia de conversar con gente que defiende la abolición de las corridas de toros, el impulso al vegetarianismo y una manera de vivir en armonía con la naturaleza, y veo —no sin un dejo de ironia— que muchos de los argumentos usados por estas personas al enfrentar la critica son exactamente iguales.
Una vez dicho esto, los dejo con una nota que me hizo soltar un par de sinceras carcajadas y que espero haga lo mismo por ustedes quienes leen esto. No-diálogos en el infierno
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